Pau Navajas: “En Siria siguen siendo consumidores de mate muy exigentes”

En Siria se toma mucho mate de una forma levemente distinta a la nuestra , lo hacen en recipientes más pequeños, con una bombilla más chica, no la comparten porque por una restricción dogmática de su religión no pueden, pero sin embargo toman mate juntos.

Curiosamente, a pesar de que no se comparte el mate, se comparte el agua en ronda, se pasan el termo unos a otros, y cuando van de visita a tomar mate, cada uno se lleva su bombilla, te dan un vaso con yerba, y después compartís la pava . Eso sucedió de forma espontánea, y también es curioso, porque no es que hubo un empresario detrás de la idea de abrir los mercados de la yerba y llegó a Siria, sino que cuando Argentina era el granero del mundo, pero todavía no existían las cosechadoras, entonces había muchos inmigrantes golondrina que venían para la cosecha y después se volvían. Todos los años venían al país millón de personas, no sé, muchísima gente que venía solamente a hacer ese trabajo y después se volvía a sus lugares de origen. Casi todos italianos, españoles, sirios, libaneses, del entorno mediterráneo.

En una nota del diario LA NACIÓN del 1960 , Ignacio Ezcurra dió a conocer a la Argentina el hecho de que en Siria había un consumo abundante de yerba. Ezcurra contó la historia de un comerciante sirio que cobró una deuda con un almacenero, quien le pagó con alimentos, entre los cuales había yerba mate. Cuando llegó a Siria, fue lo primero que vendió. Tuvo tanto éxito que decidió comenzar a importarla de Argentina. El mercado de yerba en Siria creció hasta convertirla en lo que es hoy; uno de los principales países consumidores.

“Caá Porã. El Espíritu de la yerba mate. Una historia del Plata” (Corrientes, 2013)