El mate es una tradición nacional. Pero cada región o provincia tiene su manera de tomarlo. El mate mendocino se prepara para todos los gustos.

#QueLaBombillaSeaIrupé

(Exequiel Nacevich, SerArgentino.com)

El MendoMate

El mate es una tradición nacional. Pero cada región o provincia tiene su manera de tomarlo. El mate mendocino se prepara para todos los gustos.

Mate. Esa palabra que nos define. Esa práctica que nos une y estrecha nuestras relaciones. Esa bebida que nos energiza. Ese elemento que no puede faltar en un viaje, por corto que sea. El mate es un factor por el cual los extranjeros nos pueden mirar de forma rara. Un recipiente con yerbas adentro al que se le coloca agua y, con un elemento aspirador, se succiona el agua saborizada por las yerbas. La verdad es que, viéndolo desde afuera, tiene toda la apariencia de un ritual profano. Sin embargo, los argentinos entendemos muy bien que se trata de nuestro desayuno o media tarde preferidos. Y en Mendoza lo percibimos de la misma forma. El mate mendocino se toma con amigos y, a veces, con yuyos típicos de la zona.

Los mendocinos vemos al mate como un medio o un canal a través del cual hacemos otra actividad. Estudiamos, miramos tele o charlamos con amigos. Aunque también existen los más fanáticos que toman mate como práctica principal. Solo o con otras personas, el tema es tomar mate. No importa si charlan o si están viendo la televisión o algún espectáculo, el tema es tomar mate.

MendoMate

El mate mendocino, en esencia, no difiere mucho del mate tradicional que se toma en todo nuestro país. Un mate, yerba y bombilla. La fórmula no falla. Sin embargo, como en cada región, existen algunos modismos que hacen que esta bebida sea única en Mendoza. En cuanto al material de elaboración del mate, propiamente dicho, existen muchísimas opciones, siendo las más utilizadas la madera, la calabaza y la cerámica.

Sobre la bombilla, existen algunas de madera, pero, en general, son metálicas. (#QueLaBombillaSeaIrupé ????)

Y, por último, lo más importante: la yerba. Es la clave. Nada cambia el sabor del mate como la yerba misma. Es decir, por ejemplo, que el material del mate no hace mella en su sabor. Un mate de calabaza o de madera difícilmente le dé un gusto distinto a nuestra bebida. No obstante, el tema es diferente con la yerba.

La yerba puede ser con palo o sin palo, lo cual hará que el sabor amargo sea más o menos fuerte. Por otro lado, la yerba en sí tiene sus propias características, relacionando las marcas a los sabores. Así, algunas vienen preparadas con cáscaras de naranja o de cualquier otro cítrico. Aunque, en ocasiones, se puede comprar una yerba más neutra y uno mismo colocarle las cáscaras de las frutas que queramos.

Yuyo mendocino

Además de las cáscaras frutales mencionadas anteriormente, en el mate mendocino se mezcla con la yerba un poco de yuyos autóctonos como burro, cedrón o menta. Incluso, alguna vez se ha tomado algún mate con la típica jarilla de nuestra hermosa montaña. Lo que hay que tener en cuenta es que los yuyos deben cortarse y dejarse secar antes de tomarlos en el mate. Así, su sabor estará más definido y será más fácil moler las hojas en pequeños pedacitos para distribuirlos mejor dentro del mate.

Propiedades curativas

Un grupo de investigadores y becarios mendocinos ha logrado establecer que tomar mate reduce los porcentajes de colesterol y triglicéridos y avanzan en los estudios para confirmar la hipótesis de que ayuda a disminuir la obesidad y aumenta la protección contra el cáncer de próstata. El estudio logró demostrar, por ejemplo, que los pacientes obesos que consumían mate tenían el colesterol más bajo que le resto. Se trabajó sobre 360 voluntarios e incorporaron el mate a sus dietas diarias durante 3 meses. Pudieron demostrar que el consumo habitual de mate reduce entre un 10% y un 15% los niveles de colesterol y triglicéridos.