Los recipientes de calabaza o de madera se deben curar antes de usarse, para que no transmitan a la bebida sabores extraños, aunque el curado del mate se prolonga durante toda su vida útil como recipiente (“el mate se cura cebando”).
También son usados recipientes menos tradicionales, de vidrio o porcelana. Éstos no necesitan curarse, o mejor dicho, por más que se usen no conservan el sabor.
Puede ser necesario cierto procedimiento especial destinado a retirar de la superficie interna de la calabaza los hollejos adheridos. Para ello se llena el recipiente con yerba usada y se la humedece, dejándola uno o dos días en maceración. Esto afloja los hollejos que se retiran raspando con una cuchara pequeña.
Los especialistas aseguran que el método popular de curar el mate por tan sólo unas pocas horas es perjudicial y especifican una serie de reglas más estrictas:
- Se debe llenar el mate con una cebadura usada y agregarle agua caliente (no hirviendo para no quebrar el recipiente).
- A las 24 horas se debe vaciar y raspar la calabaza con una cuchara pequeña para retirar todo el hollejo.
- Este proceso debe repetirse por 4 ó 5 días consecutivos.
El proceso para curar un mate que se utilizará para mate dulce es diferente, ya que se le debe agregar tres cucharadas de azúcar impalpable y una brasa encendida, continuando luego con el proceso descrito. Sin embargo, puede ser utilizado a las pocas horas de haber comenzado el curado.
Otra manera no tan tradicional es curar el mate con fuego, se introduce en el mate alguna bebida espiritual como ser el whisky y se lo prende fuego, quemando así el hollejo de la calabaza. Otra variante es agregar whisky al método de cura tradicional (con yerba húmeda), ya que se supone el whisky aporta al sabor del mate.
Fuente: Manual del Mate y Yerba Mate (WikiLibros)